Se pueden producir numerosos cambios orales como consecuencia de la edad avanzada, de los medicamentos que se toman para combatir enfermedades, y de los cambios hormonales debidos a la menopausia. Estos cambios orales pueden incluir alteración del gusto, una sensación de ardor en la boca y una mayor sensibilidad a los alimentos y bebidas fríos y calientes. Suelen derivar también en una disminución del flujo salival que puede provocar sequedad en la boca.

La boca seca, a su vez, puede resultar en el desarrollo de enfermedad periodontal porque la saliva no está disponible para humedecer y limpiar la boca y neutralizar los ácidos producidos por la placa. La boca seca también puede ser el resultado de muchos medicamentos recetados y de venta libre que comúnmente se recetan a los adultos mayores.

La disminución de estrógeno que ocurre con la menopausia también pone a las mujeres en mayor riesgo de pérdida ósea u osteoporosis e inflamación de los tejidos que rodean los dientes (llamada periodontitis). La pérdida de hueso, específicamente en la mandíbula, puede conducir a la pérdida de dientes. La retracción de las encías puede ser un signo de pérdida ósea en la mandíbula y también expone una mayor parte de la superficie del diente a posibles caries.

La terapia hormonal puede desempeñar un papel en la preservación de la salud dental en mujeres posmenopáusicas. La terapia de estrógeno previene la pérdida ósea tanto en los huesos del esqueleto como en los huesos de la mandíbula. Esto sugiere que la terapia hormonal protege contra la pérdida de dientes en mujeres posmenopáusicas.